A veces esperamos de alguien demasiado, queremos que se convierta en lo que nosotros queremos o deseamos y en un momento sin darnos cuenta pasa algo que nos agita por dentro, nos sacude para sacarnos de nuestro imaginario letargo, ese en el que nos dejamos caer para no querer ver las cosas tal y como son ese en el que vamos cerrando los ojos y sin querer mirar a la cruda realidad, pero de golpe algo ocurre y te deja caer en el mundo real, miras a tu alrededor y te sientes sola, sola, como me gusta la soledad buscada, pero la soledad de sentimiento me abruma, me hace sentir desvalida, y si algo aprendí hace 14 años fue a que nunca más me sentiría así.
Deseaba tantas cosas, tantas que nunca podrán ser, tantos momentos compartidos y aún tengo que aprender que ya no estas a mi lado, aún tengo que aprender que tus momentos futuros serán con otra persona. Pero se que conseguiré superarlo, como todo lo que hasta ahora me he propuesto, conseguiré acostumbrarme a verte sin tenerte, conseguiré cerrar los ojos y volver a ilusionarme por otra mirada de unos ojos diferentes a los tuyos, conseguiré que mi corazón vuelva a latir fuerte, agitado, ilusionado, desbocado, enamorado. He pasado demasiado tiempo esperando que volvieras, deseando que lo hicieras, pero ya no lo hago más, cerraré esa puerta sin rendijas, sin ranuras, no dejaré que te cueles más por debajo de la puerta, pondré precinto para evitar después el dolor que me produce tu perdida nuevamente.
A partir de hoy voy a buscar la felicidad en otro sitio, en otros brazos, en otros labios.....
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