domingo, 19 de agosto de 2012

Bien acompañada

Hay personas que creen que para estar bien acompañada necesitas a una persona a tu lado, compartiendo momentos o huecos en el sofá, compartir tú vida es más que coincidir en una cama para dormir o cruces de palabras puntuales sin más sentido que hablar con la persona que te cruzas por el pasillo.

No voy a ser yo la que diga que no me gustaría encontrar a alguien con quién compartir momentos, aficiones, e incluso silencios, pero es tan difícil encontrar a ese alguien especial, esa persona que te haga soñar sin prometerte nada, solo estando a tu lado, cogiéndote de la mano y haciéndote sentir especial, soy persona que se fija más en los hechos que en las palabras, quizás demasiado observadora, pero tierna y dulce cuando consiguen encontrar el equilibrio entre mis dos mundos, que yo desconfié de alguien es tan fácil como que pueda llover en enero, pero suelo empatizar bastante e intentar ponerme en el lugar de otras personas cuando en un momento de debilidad o de testarudez te hacen daño sin pensar, sin asumir las consecuencias que ciertas palabras o gestos puedan ocasionar. Es fácil herir a alguien hasta sin querer, el ser humano no evaluamos casi nunca los sentimientos o el momento por el que está pasando la otra persona, tendemos a ser egoístas y pensar que como nosotros nadie sufre, nadie llora, nadie tiene problemas.

Existe una cita que a mi siempre me ha gustado y que la quiero dejar aquí escrita:

El amigo le dio una hoja de papel y le dijo:
-Toma, aprieta el papel en tu puño cerrado, estrujándolo con toda la fuerza que puedas.
El amigo lo hizo.
-Ahora, le dijo, abre la mano, pon el papel arrugado sobre la mesa e intenta alisarlo.
Su amigo abrió la mano, y la pasó varias veces sobre el papel, pero las arrugas permanecían.
-¿Ves? Una vez que el papel se arruga, no consigues dejarlo como estaba, por más que lo intentes.Del mismo modo, cuando decimos algo que hiere a otra persona, el hecho de decir "perdón" no consigue que todo quede exactamente igual que antes, siempre queda huella.

Intentemos no hacer arrugas en los corazones de las personas que queremos y apreciamos porque nunca volverá a estar como estaba al principio  y por supuesto siempre intenta alisarlo, porque no se alisará del todo pero ayudará a que la arruga sea menos profunda.

Saber pedir perdón no es rebajarse es una virtud.













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